Los cruceños tienen su fiesta mayor, con todo el brillo y la alegría que es sinónimo de carnaval, esa cita esperada para darle rienda suelta a la algarabía. “El Corso” es el gran desfile en el que participan los grupos carnavaleros de la ciudad y que da inicio a esta popular celebración que hermana y expresa la felicidad de la gente.

Santa Cruz de la Sierra no se queda atrás con el encanto carnavalero que no es solo propiedad de los cariocas. Con su estilo propio, esta festividad hechiza a toda una ciudad que se paraliza por unos días para encender corazones y despertar buenas vibras. El carnaval en tiempos de antaño llegó con los españoles, pero la impronta local le fue dando su particularidad hasta el presente, manteniendo su entusiasmo intacto en todo el oriente de Bolivia.

Durante el desfile, las «comparsas” avanzan al son de las bandas musicales. Los bailarines vestidos con coloridas casacas y trajes acompañan a sus respectivas reinas que saludan al público desde los carros alegóricos especialmente preparados para la ocasión.

La coronación oficial de la reina del carnaval, símbolo de las bellas mujeres orientales, es la principal atracción de esta gran fiesta cultural, cuyo epicentro es el Cambódromo, en la Avenida Mutualista, entre el cuarto y el octavo anillo.

Sin embargo, la atmósfera carnavalera llega a los barrios donde las calles son el escenario de un alegre campo de batalla para jugar con agua, pinturas de colores, bailar y divertirse como niños.