Podría acaso un pueblo acallar su arte, paralizar sus danzas, silenciar su historia, olvidar su tradición o dejar de compartir su identidad y su fe. Eso sería imposible. La expresión del Carnaval de Oruro es una muestra de la cultura viva que fluye en las calles como un río torrentoso que empapa de expresividad a quien visite durante febrero esta ciudad cuya fiesta emblema le ha dado fama mundial.
El carnaval es uno de los mayores acontecimientos culturales de Bolivia y lo que ocurre en Oruro se destaca dentro de las múltiples festividades de América Latina. En 2001, la Unesco lo declaró como «La obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad», un sello que reconoce el valor musical, artístico y religioso de esta colorida fiesta popular.
Durante el 22 y 23 de febrero la diversidad de Bolivia converge con los bailes y su magia. Agrupaciones de morenadas, diabladas, caporales, tinkus, sayas, llameradas, tobas, entre otras, despliegan ritmo y alegría danzando como un signo de devoción a la Virgen de «Socavón» (Entrada de las minas).
Hombres y mujeres se visten con trajes típicos elaborados por manos artesanas que con gran habilidad preparan estos atuendos de particular belleza. Son días en los que la música entona ritmos ancestrales y envuelve a la ciudad y su gente; días donde la realidad se funde con la fantasía.
Las noches y sus desfiles no terminan; las bandas musicales no dejan de tocar y la alegría se comparte. Los trajes típicos, estridentes y coloridos, brillan junto a las sonrisas de sus bailarines. La danza más representativa del Carnaval de Oruro es la «Diablada», que simboliza nada más y nada menos que la lucha entre el bien y el mal. Un baile con personajes bíblicos que confrontan a los pecados.
En la tradicional “Entrada” del carnaval participan aproximadamente 50 grupos folklóricos que muestran alrededor de 20 estilos de danzas bolivianas. Esta celebración, por su gran popularidad y manifestación cultural, atrae cada vez más al turismo y se suma a la lista de los carnavales más importantes junto al de Río de Janeiro.