Hay quienes coleccionan estampillas. Otros, monedas y billetes. En el caso del charanguista Ernesto Cavour, lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en una de las mayores muestras de una fracción de la cultura boliviana: el Museo de Instrumentos Musicales de La Paz.
Todo inició en los 60, en el domicilio del maestro, como una cuestión de mera satisfacción personal. Durante dos años, la vivienda de Cavour se fue llenando de su colección de numerosos charangos, entre otros instrumentos, hasta alcanzar volúmenes considerables. Entonces comenzó la selección y catalogación de las piezas para exhibirlas.
A medida que la muestra crecía, el museo fue trasladándose hasta ocupar su actual emplazamiento, en una antigua casona de la calle Jaén.
En las salas de exposición, los visitantes se encuentran con más de 2000 instrumentos musicales, incluyendo algunos de antes de la Colonia, que constituyen evidencia de la riqueza cultural de los pueblos prehispánicos. Otros son parte del folclore boliviano, como las zampoñas y quenas.
En algunas vitrinas se exponen curiosas piezas rescatadas e innovadas por Cavour. También llaman la atención ciertos instrumentos fabricados de peculiares materiales, tales como caparazones de tortuga y picos de aves.
Para satisfacer la curiosidad de sus visitantes y brindar una muestra interactiva, el museo ofrece la oportunidad de tocar algunas de las piezas de la colección y llenarse los sentidos con los variados sonidos que cuerdas y percusiones pueden producir.
Este centro cuenta además con una biblioteca especializada, un taller de construcción de instrumentos y aulas en las que se imparten clases de música, por lo que conocerlo es una experiencia que los aficionados al melodioso arte no pueden dejar pasar.
Museum of Musical Instruments
There are those who collect stamps. Others, coins and bills. In the case of the charanguista Ernesto Cavour, what began as a hobby became one of the greatest samples of a part of Bolivian culture: The Museum of Musical Instruments of La Paz.
It all started in the 60s, at the home of the master, as a matter of mere personal satisfaction. For two years, Cavour’s house was filled with a collection of numerous charangos, among other instruments, until it reached considerable volumes. Then began the selection and cataloging of the pieces for display.
As the exhibit grew, the museum began to move, until it reached its current location, an old house on Calle Jaén.
In the exhibition halls, visitors encounter more than 2000 musical instruments, including some from before the colonial rule, which constitute an evidence of the cultural wealth of pre-Hispanic peoples. Others are part of Bolivian folklore, such as zampoñas and quenas.
In some showcases, curious pieces rescued and innovated by Cavour are exhibited. Also striking are certain instruments made of peculiar materials, such as turtle shells and bird beaks.
To satisfy the curiosity of its visitors and provide an interactive exhibition, the museum offers the opportunity to play some of the pieces in the collection and fill the senses with the varied sounds that strings and percussions can produce.
This center also has a specialized library, a workshop for the construction of instruments and classrooms where music classes are taught, which is why getting to know it is an experience that fans of the melodious art cannot miss.