Tan antigua como la humanidad misma, la danza nos ha acompañado a lo largo de los siglos como un medio de expresión a través del cual se manifiestan emociones y se representan escenas. En América, para muchas culturas precolombinas, la danza era una forma más de magia, pues se ejecutaba como parte de diversos rituales para que lo bailado se torne realidad. Tal es el caso de la llamerada.

Originalmente llamada “karwani” (llamero), la llamerada es un baile aymara que data de hace más de 40 siglos. En sus movimientos se representan escenas de la actividad económica que fue la más importante para los pueblos andinos: la cría de la llama.

Para su ejecución, los bailarines utilizan un tocado de cuatro puntas que simboliza la montura usada por los grupos étnicos prehispánicos, y también recuerda a los sombreros de las antiguas autoridades andinas.

Los hombres llevan camisa de lana, de bayeta o de seda, pantalón de bayeta y abarcas, entre otros elementos. A veces utilizan una máscara de labios fruncidos, como si un silbido estuviese a punto de hacerse escuchar. Las mujeres visten llamativas y largas polleras, combinadas con elegantes blusas bordadas. Ambos atraen las miradas con sus coloridos aguayos cruzados sobre el pecho.

Al compás de la música, las filas de bailarines despliegan pasos inspirados en movimientos mil veces ejecutados por los llameros. Los revoleos de sus q’urawas (hondas) y los tintineos de sus campanillas recuerdan al rítmico tránsito de las caravanas de llamas en las áridas tierras del Altiplano.

Pese a los años, todavía es posible disfrutar de la llamerada gracias a fraternidades y grupos de baile, que año tras año, mantienen viva esta expresión folclórica, mezcla de fuerza, destreza y elegancia.

Millennial llamerada

As ancient as humanity itself, dance has accompanied us throughout the centuries as a means of expression through which emotions are manifested and scenes are represented. In America, for many pre-Columbian cultures, dance was another form of magic, as it was performed as part of various rituals to turn what was danced into reality. Such is the case of the llamerada.

Originally called «karwani»; (llamero), the llamerada is an Aymara dance dating back more than 40 centuries. In its movements, scenes of the most important economic activity for the Andean peoples are represented: the breeding of the llama.

For its execution, the dancers use a four-pointed headdress that symbolizes the saddle used by the pre-Hispanic ethnic groups, and also reminds of the hats used by ancient Andean authorities.

The men wear wool, cloth or silk shirts, cloth pants and abarcas, among other elements. They sometimes use a mask with pursed lips, as if a whistle were about to be emitted. Women wear eye-catching long polleras, combined with elegant embroidered blouses. Both attract the eyes with their colorful crossed aguayos on their chest.

Along with the music, the rows of dancers display steps inspired by movements a thousand times executed by the llameros. The revolts of their q’urawas (slings) and the jingles of their bells remind the rhythmic transit of the caravans of llamas in the arid lands of the Altiplano.

Despite the years, it is still possible to enjoy the llamerada thanks to fraternities and dance groups that, year after year, keep this folk expression, and mixture of strength, skill and elegance alive.