¨Campos de eterna primavera, selvas ganaderas de valor, yo te canto de esta manera porque eres vasto jardín en flor” (Erasmo Gutierrez)

Un 18 de noviembre de 1842 el Presidente José Ballivian crea el Departamento del Beni y festeja su creación conmemorando el triunfo de la Batalla de Ingavi un año antes. Su creación se dio fomentando su poblamiento y la interconección entre el occidente y la amazonía boliviana.

 La historia del Beni se remonta a periodos prehispánicos, con la existencia de la cultura de los arawak, de quienes descienden los moxos y los baures, que fueron los pueblos que los jesuitas encontraron a su llegada a las llanuras del Beni, entre los años 1560 y 1600.

Es el segundo más extenso en territorio de los 9 departamentos que conforman Bolivia y que guarda la riqueza verde del país, y este uno de sus grandes tesoros por su variada y rica naturaleza, como la del Parque Departamental Iténez que se encuentra en la provincia del mismo nombre. 

Como en muy pocos lugares, allí se puede estar en contacto con los delfines de río, variedad de peces tropicales, caimanes, piyos y aves como las garzas y los martín pescador, además de árboles de castaña, goma y otros. 

El visitante puede deleitarse con las maravillas naturales de la Estación Biológica de Beni, en la provincia Ballivián, el Parque Nacional Isiboro Sécure.

Uno de los lugares que más atrae al visitante es el Museo Ictícola (de peces) que se encuentra en los predios del campus de la Universidad Autónoma de Beni y que sobrepasa los 400 ejemplares siendo una de las colecciones más importantes de Sudamérica, muchos de ellos provienen del río Mamoré que supera las 300 especies.

Uno puede instruirse en el Museo Etnoarqueológico del Beni “Kenneth Lee”, donde se recrea diversos aspectos de la cultura moxeña.. Es una visita obligada para entender mejor la historia precolombina y colonial del noreste boliviano.