En el corazón de la capital del Estado Plurinacional de Bolivia, en una de las aceras circundantes de la Plaza Mayor, se alza un edificio cuya importancia histórica bien le valdría el título de cuna de la nación. Sede de reuniones del Congreso Boliviano hasta 1898, la Casa de la Libertad fue el lugar elegido para realizar la Asamblea Deliberante que en 1825 decidiría el futuro del país como una nación independiente.

En el corazón de la capital del Estado Plurinacional de Bolivia, en una de las aceras circundantes de la Plaza Mayor, se alza un edificio cuya importancia histórica bien le valdría el título de cuna de la nación. Sede de reuniones del Congreso Boliviano hasta 1898, la Casa de la Libertad fue el lugar elegido para realizar la Asamblea Deliberante que en 1825 decidiría el futuro del país como una nación independiente.


Concebida originalmente como una capilla jesuítica, la Casa de la Libertad más tarde albergó el Aula Magna de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. En sus salones se graduaron como doctores de Charcas importantes personalidades que años después iniciaron y protagonizaron las luchas por la independencia en América, con la Revolución de Chuquisaca en 1809.

Aunque este primer levantamiento fue reprimido, el espíritu independentista finalmente triunfó cuando, 16 años y varios enfrentamientos más tarde, los próceres de la nación votaron porque las cuatro provincias del Alto Perú siguieran un nuevo camino, sin someterse ni adherirse a nadie. En una reunión convocada por el mariscal Antonio José de Sucre y presidida por el jurista José Mariano Serrano, el 9 de julio de 1825, se redactaron las líneas con las que iniciaría el primer capítulo en la historia del nuevo país.

Desde entonces, en honor a la Batalla de Junín, cada 6 de agosto se realizan desfiles y actos oficiales en distintas ciudades del país para conmemorar el bautizado Día de la Patria. En estas es común contar con la participación de autoridades militares, civiles e indígenas, así como el tradicional discurso del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia y las ceremonias interreligiosas, en las que la presencia de amautas y sacerdotes evidencian el sincretismo boliviano.

Mientras tanto en Sucre, 194 años después de esa primera Asamblea, la Casa de la Libertad aún conserva el Acta de la Independencia original. Ahora convertida en Museo Nacional de Historia, los visitantes pueden adentrarse en los salones de esta emblemática edificación, admirar el Salón de la Libertad donde se firmó el documento que marcó el inicio de la República, conocer los rostros de los libertadores del país y sumergirse en los hitos históricos de Bolivia de la mano de guías altamente preparados. Así, con cada visita, se revive la historia del proceso independentista y se mantiene vivo el espíritu revolucionario que inspiró a los bolivianos a seguir su propio camino.

Cradle of Independence

In the heart of the capital of the Plurinational State of Bolivia, on one of the sidewalks surrounding the Plaza Mayor, stands a building whose historical importance would deem it worthy of the the title of cradle of the nation. Seat of meetings of the Bolivian Congress until 1898, the Casa de la Libertad was the chosen place to hold the Asamblea Deliberante that in 1825 would decide the future of the country as an independent nation.
Originally conceived as a Jesuit chapel, the Casa de la Libertad later housed the Aula Magna of the Universidad Mayor, Real and Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. In its classrooms important personalities graduated as doctors of Charcas, who later started and led the struggles for independence in America, with the Revolución de Chuquisaca in 1809.

Although this first uprising was suppressed, the spirit of independence finally triumphed when, 16 years and several clashes later, the nation’s founding men voted for the four provinces of Upper Peru to follow a new path, without submitting or adhering to anyone. At a meeting convened by Marshal Antonio José de Sucre and chaired by the jurist José Mariano Serrano, on July 9, 1825, the lines in which the first chapter in the history of the new country would begin were written.

Since then, in honor of the Battle of Junín, parades and official acts are held every August 6 in different cities of the country to commemorate the titled Día de la Patria. In these acts it is common to have the participation of military, civil and indigenous authorities, as well as the traditional speech of the President of the Plurinational State of Bolivia and interreligious ceremonies, in which the presence of amautas and priests display the Bolivian syncretism.

Meanwhile in Sucre, 194 years after that first Assembly, the Casa de la Libertad still keeps the original Act of Independence. Now converted into the Museo Nacional de Historia, visitors can enter the halls of this emblematic building, admire the Salón de la Libertad where the document that marked the beginning of the republic was signed, know the faces of the country’s liberators and immerse themselves in the historic landmarks of Bolivia with the help of highly trained guides. Thus, with each visit, the history of the independence process is revived and the revolutionary spirit that inspired Bolivians to follow their own path is kept alive.