Desde hace algunos años las empresas están incorporando el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y desarrollando programas para llevarla a cabo.

Sin embargo, en algunos casos se confunde a la RSE con la filantropía e, incluso, con acciones cercanas a la beneficencia. Es por este motivo que se necesita entender qué es la RSE. Si bien hay diversas versiones en torno a su definición, en términos generales se ha concluido que la RSE implica la responsabilidad y el compromiso de las compañías con su personal, con la comunidad y con el medio ambiente.

En cuanto a las acciones a favor del personal, se entiende que excede a los derechos que se tienen por ley y que son de cumplimiento obligatorio. El compromiso de una empresa es comportarse éticamente, brindar un buen trato a los trabajadores y clientes; promover capacitaciones y mejora continua y facilitar la conciliación de su vida laboral y familiar. Creer que los empleados son su activo más importante es uno de los apéndices fundamentales de las empresas socialmente responsables.
En cuanto a la comunidad y el medio ambiente, el respeto a las costumbres y herencia cultural de la zona en que se actúa o trabaja, sin perjudicar al medio ambiente es otro de los ítems principales de la RSE. Cada empresa debe analizar el impacto que produce en el aire, en el agua o en la tierra, su relación con el entorno y la comunidad, y esforzarse en cumplir con la consigna ambiental de producir menos residuos y de reciclar.

En la actualidad, el ejercicio de la RSE no se limita a las empresas multinacionales, sino que cada vez son más PyMes que se preocupan por estos aspectos y llevan adelante sus prácticas responsables.

La RSE y su impacto dentro y fuera de la empresa perfila de manera positiva su reputación y apunta a su consolidación en el mercado. Con mejor reputación venderá más, obtendrá la mejor colaboración y compromiso de los empleados, el entorno brindará su apoyo, todo lo que resultará, con el tiempo, en mejores condiciones de competitividad.