Conocida también como la terapia del color, y difundida por el New Age o Nueva Era, la cromoterapia es considerada útil para la sanación, como una proyección para el restablecimiento de los desequilibrios emocionales. Ahora se conoce que en la alimentación, cada uno de los pigmentos que dan color natural a los alimentos tienen una función protectora del organismo.

Un plato elaborado con diferentes colores es atractivo, pero sobre todo indica que tiene variedad de nutrientes necesarios para el organismo. Para lograr una alimentación equilibrada se debe cubrir la gama cromática y consumir todos los colores de forma constante.

Por ejemplo, el color verde que se encuentra en el brócoli, el repollo, espinacas, acelga, alcachofa, pimiento verde, el kiwi, los espárragos, el perejil y los pistachos, es depurador del organismo y protector del sistema inmunológico, además de aportar energía.

El ajo y la cebolla son representantes del color blanco, con propiedades expectorantes y antibiótico natural. Los colores oscuros como el café, el sésamo negro, la chía, las pasas, el cacao y el ajo negro son estimulantes y generadores de energía.
El amarillo y el naranja se encuentra en las frutas cítricas, exóticas y en las legumbres. Los pimientos amarillos, el plátano, el queso, la avena, el maíz, la cúrcuma, la calabaza y el melocotón, son algunos alimentos con propiedades antioxidantes beneficiosas para la piel y la vista.

Los frutos rojos y otras frutas como la granada, manzana, tomate, sandía, pimiento rojo y la remolacha pertenecen a la gama del rojo, ricos en antioxidantes, estimulantes de la circulación sanguínea y protectores del sistema cardiovascular. El color azul y el morado del acai, los arándanos, la col, las ciruelas, los higos, las uvas y las moras, trabajan como protectores de la vista, antioxidantes y previenen infecciones.

Cuantos más colores consuma, más completa será su alimentación. Haga un mix de colores en las ensaladas y platos para consumir diariamente, será atractivo a la vista pero sobre todo, sano.