Una de las técnicas novedosas en el campo de la medicina natural es el uso local de bajas temperaturas sobre la dermis, la terapia del frío o crioterapia. Un procedimiento que se destaca por ser muy eficaz en cuatro niveles principales; el deportivo, el estético, el médico y el de bienestar o relax. Consta de compresas frías, baños de hielo o el ingreso a cuartos fríos, dirigidos al área lesionada del cuerpo para aliviar algún padecimiento.
Es muy recomendado para personas que padecen lesiones cutáneas benignas en la piel, a las que se trata con nitrógeno líquido impulsado por un aparato que pulveriza y congela la lesión.
La crioterapia de cuerpo entero es una técnica con principio activo frío generado por una nube de vapor de nitrógeno alcanzado por temperaturas de – 180º F, durante dos a cinco minutos. Ante esta exposición, el cuerpo reacciona con modificaciones en la liberación de sustancias del sistema neurológico como la dopamina, serotonina, endorfinas y el aumento del flujo sanguíneo, lo que provoca la reproducción de enzimas catalizadoras disminuyendo las reacciones inflamatorias en los tejidos y la piel.
En el deporte, la crioterapia beneficia al aumento del rendimiento, a la recuperación del esfuerzo, de la energía, de lesiones musculares y ayuda a equilibrar la concentración. En el campo estético, contribuye a la quema de calorías, a la notable reducción de celulitis, a la eliminación de las líneas de expresión en la piel y de toxinas, otorgando brillo y luminosidad a la piel y preservando el tejido sano.
La aplicación del frío sobre la piel produce una regeneración del tejido dañado a nivel celular. El impacto se da al congelarse el tejido de manera rápida y descongelarse lentamente. Además de eliminar lesiones y rejuvenecer la piel, la técnica es utilizada para aliviar dolores.