Un paisaje glacial espera por los visitantes en la capital más alta del mundo. Las curiosas formaciones de rocas geológicas dibujan formas que simulan catedrales góticas y obeliscos, labrados por el agua y el viento, que dieron forma al Valle de las Ánimas, Valle de la Luna y el Cañón de Palca. Descendiendo desde la ciudad, a unos 30 kilómetros hacia el sudeste de La Paz, esta Área Protegida cautiva a los turistas que llegan hasta allí.
En el camino se descubre una amalgama de paisajes que van desde lujosas residencias, condominios, valles, ríos, y áreas de cultivo.
Con una extensión de aproximadamente 2500 hectáreas, el Valle de las Ánimas es quizá uno de los sitios de erosión glaciar más grande del planeta, afirma en una entrevista Yannike Wende, de la Fundación Bolivia Conservation, que junto a un grupo de jóvenes paceños busca promover que el lugar se convierta en un `Santuario ecoturístico´. Sus cañones, picos y serranías parecen a punto de apuñalar el cielo.
El Valle de las Ánimas se llama así porque los comunarios de sus alrededores creen que es una especie de ¨limbo¨, donde afirman van a parar las almas de los niños que no fueron bautizados. Ha sido declarado Área Protegida en 1995 y posteriormente, Patrimonio Natural Paisajístico de la ciudad de la Paz. Con una caminata de una hora los visitantes quedan fascinados por la impresionante vista de los nevados Mururata e Illimani, que, como guardianes, vigilan la ciudad.
Luego se llega al Valle de la Luna, donde luego de caminar unos 45 minutos los turistas tienen la sensación de aterrizar en un paisaje lunar de cráteres y obeliscos. La travesía continúa al atravesar todo el cañón de Palca, que, a decir de expertos, sus espectaculares formaciones geológicas fueron moldeadas a su manera durante milenios como resultado del deshielo de glaciares que cubrían el lugar durante la etapa final de la era terciaria de la Tierra.
Los cataclismos, vientos huracanados y tormentas que azotaban esa época, hicieron su parte y terminaron de tallar estas maravillas naturales. Para visitar este valle de picos escarpados gigantes puede consultar los programas de tours guiados de las agencias de viaje que incluye transporte desde la puerta del hotel, a primeras horas de la mañana, visita al lugar y el retorno a la ciudad a media tarde.
Un lugar de belleza natural y tranquilidad única en Bolivia, distante a 15 minutos de la ciudad de La Paz a la que con placer Boliviana de Aviación puede acercarlo.