Nacido en La Paz el 1º de octubre de 1990, Diego Cordero Cervantes es un joven boliviano que habiendo salido en 2008 bachiller en el colegio Saint Andrew’s School, se destaca desde hace tres años como investigador en el Instituto Pasteur, en París, Francia.
Revista Destinos conversó con él con el objetivo de dar a conocer sus logros, su esfuerzo y motivación que le permiten alcanzar día a día elevadas metas académicas y personales.
¿Cómo se presentó la oportunidad de estudiar en la Universidad de Utah?
El año previo a mi graduación visité las universidades de Stanford, Berkeley y la de Utah. La Universidad de Utah, además de hospedar a ganadores de premios Nobel, ofrece una de las mejores facultades de Química de todo el país, y ha educado a notables ex-alumnos (por ejemplo: John Warnock, creador de Adobe; Edwin Catmull, creador de Pixar; y Willard Marriott). Me dediqué a enfocar mis esfuerzos para aplicar a esta universidad y recibí mi carta de admisión. Llegué allí buscando desafiarme a mí mismo en lo académico y cultural. Inicialmente pensaba estudiar medicina pero acabé optando por la ciencia.
¿Qué puertas se te abrieron mientras cursabas la carrera de Química y Biología Molecular?
Durante mis cuatro años de estudio trabajé en investigación en tres laboratorios (del Dr. Edward Kimball, Escuela de Medicina; Dr. Darryl Kropf, Departamento de Biología; Dra. Megan Williams, Departamento de Neurobiología y Anatomía). Cada uno de ellos me formó como científico en Biología Celular y Neurociencia.
Luego, en la Universidad de Princeton trabajé como Asistente de Investigación en el laboratorio del Dr. Asif Ghazanfar en el Departamento de Psicología y Neurociencia. Me interesé por el estudio de la regeneración biológica, sobre todo de estrategias innovadoras relacionadas a las enfermedades neurodegenerativas. Con el apoyo de mi profesor y mentor en Princeton, llegué al laboratorio del profesor y director del Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard, Dr. Lee Rubin. Allí estudié y trabajé en uno de los proyectos más fascinantes, el rejuvenecimiento del cerebro. Después fui contactado por la profesora y directora del Departamento de Biología Celular e Infección del Instituto Pasteur, Dra. Chiara Zurzolo.
¿Cuánto tiempo llevas en el Instituto Pasteur en Francia? ¿Trabajas en alguna investigación?
Llegué al Instituto Pasteur en marzo del 2016 como coordinador de investigación en la ‘Unidad de Tráfico Membranoso y Patogénico’ liderado por la profesora, Dra. Chiara Zurzolo. Fui aceptado por el programa de doctorado internacional de Pasteur, ‘PPU’. Comencé mi proyecto de tesis, donde estudio un modo de comunicación celular mediada que puede verse secuestrada por patógenos, (incluyendo bacterias, virus y proteínas asociadas a enfermedades neurodegenerativas), que eventualmente pueden contaminar regiones enteras del cerebro, que puede resultar en patologías para las cuales no existe cura, como el Alzheimer y Parkinson. Actualmente trabajo en el estudio estructural de estas pequeños túneles. Mis colegas y yo publicamos un artículo en el que describimos, por primera vez, la anatomía celular de estos túneles, publicado en una famosa revista científica llamada ‘Nature Communications’.
¿Qué significa para ti tener la oportunidad de estar en uno de los institutos más prestigiosos del mundo?
Estar aquí me da el impulso de continuar en una trayectoria dirigida a la aplicación del aprendizaje ganado durante mi educación. Me siento muy afortunado y orgulloso de estar en Pasteur a mi edad y poder representar a Sudamérica y Bolivia en el campo científico. Por esa misma razón, siento cierta responsabilidad de mostrar el potencial, diligencia, y virtud que estudiantes tienen fuera de países desarrollados.
Háblanos sobre de las repercusiones de tus investigaciones publicadas
Mi última publicación, de la cual soy co-primer autor trata de conductos que conectan células neuronales. Estos conductos permiten el pasaje de moléculas dañinas para nuestras células. Este descubrimiento muestra el contenido de estas conexiones, incluyendo las ‘rieles’ que pueden ser utilizadas por estas moléculas para movilizarse a lo largo de estos túneles. Las repercusiones de estas observaciones pueden ser traducidas en compuestos que nos permitan detener su crecimiento y consecuentemente ralentizar la propagación de enfermedades. Nuestro laboratorio está en contacto con compañías farmacéuticas con el objetivo de utilizar nuestros descubrimientos para desarrollar un compuesto específico para frenar estos tubos.
¿Cuáles consideras que han sido tus más grandes logros?
La publicación de más de 5 artículos como co-primer o co-autor han sido mis metas académicas más importantes, y las que me ayudaron a llegar a Princeton, Harvard, y Pasteur. Mis logros personales fueron los de poder viajar a lugares recónditos como China, Sudáfrica, Rusia, Marruecos, Tailandia, Camboya, e India.
¿Qué metas te quedan por cumplir?
La comunicación científica es una de mis pasiones fuera del laboratorio. Desafortunadamente, científicos alrededor del mundo no han provisto a la audiencia no científica, con descripciones sencillas o analogías, para poder atraer el interés de personas no científicas. Una de mis metas es producir un filme documental respecto a la comunicación celular para explicar los descubrimientos propios y de otros científicos en el campo de la biología celular. Es decir, qué es lo que sucede dentro del laboratorio y a dónde nos dirigimos con nuestros experimentos. Con la participación de científicos alrededor del mundo, viajé a diferentes países y visité varios laboratorios para filmar entrevistas para este documental que será estrenado en París a mediados de este año.
Con el objetivo de mejorar la comunicación científica, creé una organización financiada por el Instituto Pasteur llamada ‘Graphics Visual Association’ o Asociación Visual Gráfica, que tiene el objetivo de entrenar a científicos para utilizar programas para la creación de ilustraciones graficas en 2- y 3-dimensiones. Mi objetivo es expandir esta asociación a más ciudades en Francia y a otros países en Europa.
Finalmente, a nivel científico, me queda por demostrar qué estrategias basadas en la inteligencia artificial y otros algoritmos computacionales pueden ser utilizados para la identificación automática de estas conexiones. Este descubrimiento, que me tiene despierto y en el laboratorio los fines de semana, podría revolucionar la manera en la que actualmente analizamos estas conexiones.
¿Qué es lo que más extrañas del país? Una vez finalizado el Doctorado, ¿volverá a Bolivia?
Lo que más extraño de Bolivia es celebrar mi cumpleaños y las fiestas de fin de año con mi familia a quienes no he visto en 7 años, excepto a mis padres y a mi hermano; el clima; el acceso a la naturaleza, a los productos frescos; menos densidad de personas, presión y stress; y el sentimiento de ‘pertenencia’, es decir, el sentir que estás en tu país y no ser un extranjero.
El llegar a París fue una oportunidad inesperada así que es probable que algún día vuelva a Bolivia, al menos para compartir mis experiencias y todo lo que he aprendido. La vida toma giros muy interesantes.
Qué le dirías a los jóvenes bolivianos que están pensando en salir a especializarse al exterior.
El salir a especializarse al exterior no solo conlleva completar una carrera afuera del país. La parte académica solo forma un pequeño porcentaje de lo que significa vivir en otra ciudad/país, cultura, idioma. Yo alentaría a los jóvenes bolivianos a especializarse en el exterior para poder crecer en este otro aspecto, el cual tiene efectos significativos y positivos en el desarrollo académico. Al menos en la ciencia, el método que utilizamos para resolver problemas se basa en principios lógicos, los cuales no necesariamente se desarrollan a través de la memorización de libros.