El período de madurez de la vida de las personas, conocido como la tercera edad, es el resultado de un proceso natural y paulatino de envejecimiento que se caracteriza por una serie de cambios físicos y psicológicos que van apareciendo a medida que pasa el tiempo.

En esta etapa de la vida el organismo presenta una secuencia de modificaciones como la pérdida de masa muscular, la disminución de la densidad ósea y la reducción de la movilidad de las articulaciones. Este proceso de cambios físicos también se manifiesta en la capacidad para alimentarse y la absorción de los nutrientes y vitaminas, afectando al aparato digestivo y hasta el apetito.

Es por esto que el adulto mayor debe ir adaptando su dieta a sus nuevas condiciones, modificando los alimentos para que resulten fáciles de digerir, de manera que cubran el porcentaje de nutrientes que se necesitan en esta etapa y, al mismo tiempo, de absorber las proteínas que el cuerpo requiere.

La dieta debe ser equilibrada y acorde a la actividad física de cada persona. Por ejemplo, las grasas saludables no deberían ser eliminadas totalmente, estas constituyen un aporte nutricional total del 25%, y deberían ser monoinsaturadas, como el aceite de oliva. Las proteínas no deben dejar de consumirse, y constituir un 20% de la dieta ya que su carencia puede alterar o empeorar el estado físico general.
El consumo de lácteos es fundamental, representan una fuente imprescindible de calcio y ayudan a prevenir o sobrellevar enfermedades como la osteoporosis y artritis, mejor si son desnatados. Los hidratos de carbono deberían representar un 55% del aporte nutricional total. Cereales, frutas, pastas, legumbres y granos, deben comerse casi a diario.

En el anciano, es frecuente que los niveles de vitamina D sean más bajos, por una menor exposición solar. Pero esta vitamina se puede ingerir al consumir huevos, leche, pescado, queso y mantequilla.

Un ejemplo de dieta sana, equilibrada y completa para el adulto mayor, es la dieta mediterránea, que se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, pescado, legumbres, proteínas, frutos secos y grasas saludables. Realizar 5 comidas al día y beber bastante agua facilita la digestión y la absorción de los nutrientes.

Consumir una dieta adaptada a las necesidades específicas de cada adulto mayor, con sus particularidades, acompañada de ejercicios y de equilibrio espiritual y emocional, darán como resultado mejor calidad de vida, para estar y sentirse mejor.

Fuente: La Colonia – Casa de Reposo en Cochabamba.
www.casadereposolacolonia.org