Llegan los días vibrantes de Carnaval, que se celebra a lo largo de todo el país. Cada ciudad y cada pueblo expresa en estos días su alegría y las expresiones culturales más diversas, con sus bailes, música y danzas que tomarán las calles durante la celebración.
Sin embargo, la multifacética geografía nacional ofrece alternativas para quienes aprovechan estos días para disfrutar en familia de la naturaleza, de las actividades al aire libre y de algunos deportes, o, simplemente, de un descanso reparador.
Existen muchas opciones para elegir en todos los Departamentos de Bolivia, a las que se puede conocer. En La Paz, una visita al Lago Titicaca, previa parada para visitar Tiwanaku, ubicado a dos horas de la ciudad, donde poder apreciar las estructuras arquitectónicas de 15 mil años de antigüedad, es una excelente alternativa.
Si está en Cochabamba, una opción para los más aventureros es acercarse al parque Carrasco. Un hermoso lugar colmado de naturaleza al que se accede desde Villa Tunari, en el que existen buenas opciones para hospedarse y restaurantes. Varias agencias facilitan paseos en los que se puede experimentar el rafting, rappel y senderismo, en caminos ideales para almas exploradoras.
Santa Cruz ofrece cientos de alternativas para disfrutar de la naturaleza, como Samaipata y Espejillos, entre muchas otras, pero, también alberga el circuito histórico y religioso más importante del Oriente boliviano: las Misiones Jesuíticas. Un recorrido fascinante visitando los pueblos y las iglesias de la Chiquitanía, como Concepción, Santa Ana, San Javier, San Ignacio, San Miguel, San José y San Rafael.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990, las Misiones de Chiquitos fueron fundadas por los jesuitas y diseñadas con un estilo particular, en el que se fusionaron la arquitectura católica con las tradiciones locales. Son las únicas Misiones que permanecen en pie, un testimonio vivo de la época.
La ciudad de Trinidad en Beni, así como la amazónica ciudad de Cobija en Pando, se encuentran rodeadas de exuberante naturaleza con flora y fauna típica de la región oriental, que se pueden conocer de primera mano en los parques Madidi o Manuripi, son algunas opciones para visitar en estos días. Paseos a pie, degustar su particular gastronomía, practicar la pesca, donde se puede conseguir un surubí, la chuncuina, el tujuno, el blanquillo, el pacú, el tambaquí, una corvina o el conocido tucunaré.
Chuquisaca y Tarija, en la zona de los Valles, albergan también una variedad de espacios naturales, sitios históricos y turísticos dignos de conocer. Un paseo cultural en Sucre, o una visita a los sitios arqueológicos serán disfrutados por todos los miembros de la familia. En Tarija, sus límpidos ríos con bellas caídas de agua en Tolomosa, Rincón de la Victoria, Erquis, donde también se pueden dar largas caminatas disfrutando los aromas de pan caliente que se extienden más allá de algún horno de barro y que se identifican entre pircas y casas de adobe.
Culminamos el recorrido en el sudoeste, donde vibra el Carnaval más representativo del país, Oruro, y algo más al sur, Potosí, la Villa Imperial, cuna del barroco andino en Bolivia y una de las ciudades más visitadas por los turistas. Allí donde emerge el Cerro Rico y toda su historia, o alejándose un poco para conocer el maravilloso Salar de Uyuni entre otras posibilidades, marcan el inicio de una aventura colmada de historia, belleza y un atractivo muy particular.
Los días de Carnaval se viven en los festejos, la confraternización, el baile y la música, pero también son una invitación a un retiro espiritual y corporal, para conocer y maravillarse con los paisajes más increíbles de América del Sur.