Alguien podría pensar que frente a un mundo globalizado, altamente competitivo y en gran parte orientado hacia una comercialización digital, las PyMEs (pequeñas y medianas empresas) se encuentran en un problema a la hora de lidiar con las grandes corporaciones. Observando este cambio de época –no época de cambios- presiento que las PyMEs vivirán una época de oro.
Una de las razones, quizás la principal a nivel mundial, es que los consumidores están buscando, solicitando y adquiriendo productos y servicios a la medida de sus necesidades. Lo estándar está quedando al costado del camino frente a propuestas selectivas.
En términos de marketing, las PyMEs se acomodan mejor llegado el momento de satisfacer “nichos de mercado” (grupos de consumidores con gustos específicos que no pueden ser atendidos por empresas de producción masiva, y en consecuencia, representan un negocio rentable para estructuras medianas o pequeñas). Otra de las razones por las cuáles este dinámico mundo le está abriendo las puertas de par en par a las PyMEs, es que tienen la capacidad de adaptarse más fácil y rápido a los cambios del mercado.
Paralelamente, esta época de oro para las pequeñas y medianas empresas también se convierte en un desafío de recursos humanos. La pelea por conseguir más y mejores clientes especializados se comenzará a definir en función al talento y creatividad que estas singulares organizaciones.
Finalmente, el resurgir de las PyMES está en su apogeo gracias a una situación que los libros de marketing no contemplaban hace dos o tres décadas atrás: la generación Millennial y su tendencia casi imparable hacia el emprendedurismo. Esta franja generacional que en poco menos de diez años será el 80 % de la población activamente laboral en términos globales, en su mayoría, viene con “el chip” incorporado de no continuar con el negocio original de sus padres.
Ms. Pedro Cabrera M. Yegros
Consultor de Marketing
Conferencista
Capacitador de RR HH
cabrerapedro@yahoo.com
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