Bolivia es uno de los 15 países con la mayor biodiversidad del mundo, sus 123 áreas protegidas se constituyen en el principal atractivo; de ellas 22 son promovidas por el turismo comunitario como los principales destinos potencialmente ricos en el área.

Las áreas protegidas son territorios especiales, geográficamente definidos, jurídicamente declarados, y sujetos a legislación, manejo y jurisdicción especial para la obtención de objetivos de conservación de la diversidad Biológica.

En ese contexto, el Ministerio de Culturas y Turismo ha invertido 20 millones de dólares en el Plan nacional de Turismo Comunitario en cinco destinos, ejecutando 56 proyectos que beneficiaron a municipios rurales de Potosí, Beni, La Paz y Oruro.

Se construyeron muelles, miradores, centros de interpretación o salas de exposiciones, complejos de grutas, albergues, centros de alta montaña, hoteles, señalizaciones y equipamiento. Además se realizó la promoción, comercialización y desarrollo de capacidades de los operadores turísticos que están conformados por los propios pobladores, informó la Ministra Wilma Alanoca.

Desde la perspectiva de la Organización Mundial del Turismo, el experto español y ex vicepresidente de esta institución, Joan Passolas, asegura que Bolivia es un santuario turístico por conocer y que la apuesta por el turismo comunitario es una verdadera revolución en esta área.

“Pocos países están consiguiendo tantos éxitos en turismo comunitario de base comunitaria, mixto empresa privada – comunidad, como Bolivia y ello lo destaca a nivel global”, aseguró Passolas.

El Proyecto Nacional de Turismo Comunitario (PNTC) tiene cinco componentes: puesta en valor, apoyo directo a las comunidades, promoción y comercialización, desarrollo de capacidades sectoriales y gestión socio ambiental e intervino con estos en Madidi, Yungas, lago Titicaca, Sajama, y Uyuni – Reserva Eduardo Abaroa.