Desarrollar emociones positivas beneficia a nuestro corazón y a las personas que nos rodean. Los pasos para lograr este fin incluyen practicar la meditación compasiva llenando nuestro corazón de amor, aprecio y compasión hacia ti mismo y a los demás.
Estar relajado calma el estrés y mantiene las emociones positivas por más tiempo. Además, ayuda a cambiar el patrón cardiaco, pensar con mayor claridad, recordar mejor y tomar decisiones efectivas. Un buen ejercicio es practicar la respiración rítmica lenta de 10 segundos (5 segundos para inhalar y 5 para exhalar).
Regalar sonrisas también permite activar los músculos de las emociones positivas.
Practicar el silencio en soledad y también en grupo sirve para escuchar los pensamientos y emociones sin juzgarlas.
Conectarnos con la naturaleza realizando caminatas conscientes por alguna plaza con árboles o vegetación también es beneficioso. Al hacerlo, preste atención a cada movimiento de sus músculos, huesos, sus pies, caderas, brazos, sus pasos y respiración. Pero lo más importante, ¡disfrute!